Beato José Allamano



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¿Qué día se celebra Beato José Allamano?

Este día celebran su santo...

Los José suelen celebrar el 19-mar: San José

¿Quién fue Beato José Allamano?

En Turín, en Italia, beato José Allamano, presbítero, que, lleno de fervor, para propagar la fe cristiana fundó las congregaciones de hombres y de mujeres denominadas de las Misiones de la Consolata.

Biografía de Beato José Allamano

Vida de Beato José Allamano José Allamano nace en Castelnuovo d'Asti un 21 de enero de 1851 en el seno de una familia campesina. Fue el cuarto de cinco hijos, a los tres años se quedaron huérfanos de padre. Además de la madre, tres personas tienen un papel fundamental en su formación: su maestra Benedetta Savio, San José Cafasso (su tío) y San Juan Bosco. El 20 de septiembre de 1873 se ordena sacerdote. Tiene 22 años. Los seis primeros años de sacerdote los pasa de formador en el seminario, pero su mayor deseo es ir a una parroquia. En 1880 se le abren nuevos caminos... el arzobispo busca un rector para el Santuario de la Consolata, patrona de Turín y piensa en él. En 1882, junto a su amigo el p. Santiago Camisassa, comienza la recuperación del Santuario y del Convictorio eclesiástico, donde se formarán los jóvenes sacerdotes. En 1900 cae gravemente enfermo, y gracias al empuje del Cardenal Richelmy y las oraciones a la Consolata se cura milagrosamente. Diez años antes Allamano había escrito una carta pidiendo la fundación de un instituto misionero... Pero la autorización no llegó hasta el 29 de enero de 1901, justo un año después de su milagrosa curación. Rondando los 20 años de edad parten los cuatro primeros misioneros para Kenia: P. Gays, Hno. L. Falda, P. F. Perlo, Hno. C. Lusso. La fundación de las Misioneras de la Consolata será nueve años más tarde, el 29 de enero de 1910. La audiencia con el Papa Pío X, en 1909, le ayudó a ver claramente la voluntad de Dios "...si no tiene vocación para fundar religiosas, te la doy yo". A mediados de 1913, sale ya el primer grupo de monjas para las misiones. Hoy día los dos institutos están formados por hombres y mujeres unidos por la misma vocación misionera, el mismo fundador, la misma madre -la Consolata- el mismo fin: la evangelización. Consagrados para la evangelización en la obediencia, castidad y pobreza para la formación de comunidades adultas, visita a las familias, diálogo, promoción humana, justicia y paz, comunión... La Eucaristía y María Consolata son el centro de nuestra espiritualidad que se centra en el "Espíritu de familia, Espíritu de fe, Espíritu de caridad, Espíritu de sacrificio". Y se resume en palabras del Beato José Allamano: "primero santos, después misioneros".